Gear UP, escuchamos las puertas del tren cerrarse y confirmamos 3 verdes apagadas para tras librar los 1500 pies armar el AP, la navegación lateral, la vertical y seleccionar CLB EPR en el modo de vuelo.
Esto era lo último que hacíamos antes de escuchar la autorización de despegue por la pista 03L de GCLP para el ATR72-500 al mando de Suqui que hacía el número 2 de los 9 tráficos que volábamos a Funchal.
Aún así, algo de retraso llevábamos en nuestro ABVVC04 cuando a las 09:30z el Iberia que nos precedía y listo para salida, continuaba alineado en la 03L mientras manteníamos corto de J y veíamos el ATR de Sudqui a nuestras 3 saliendo de plataforma.
Continuamos con nuestra SID para BIMBO y final 280 mientras escuchábamos como el ATC iba dando salida al resto de compañeros al mismo tiempo que contemplábamos el Teide rodeado de nubes a nuestras 9.
La fila de tráficos que se podía ver en el radar mientras nos acercábamos a BIMBO era espectacular, pero como suele suceder en este tipo de vuelos, algo tenía que pasarle a uno u otro.
Fuego en un motor era la primera incidencia que el ATR declaraba, pero estando ya a mitad de camino y a pesar de que el ATC le ofreció su ayuda para llevarle de vuelta a GCLP, decidieron seguir para Madeira mientras solicitaban descenso para FL120
Alcanzando FUN a 4000 y antes de virar para 030 por la derecha iniciando el alejamiento, intentamos reducir la velocidad para 200kt de indicada, pero el avión no hace caso y nos vemos obligados a desconectar el AT pasando el throttle a manual.
Cortamos combustible mientras abrimos la X-Feed.
La EGT del motor estaba por debajo de 100ºC, así que intentamos arrancar varias veces el motor sin éxito.
Approach cheklist y muy centrados en alargar la indicada por encima de la VRef prevista para los 58.000 kg con los que preveíamos tomar dentro de límites de MLW.
El circling a Funchal por el sur no es sencillo. Unos mínimos muy ajustados junto a una ladera que parece acercarse a toda velocidad y que te obligan a quedarte un poco alto para no perder la pista de vista, pero si encima tienes parado el izquierdo y el viraje es a derechas, la situación se complica un poco y hay que adelantarse algo al procedimiento para no overchutarse en final.
El viento en cara no complicó en exceso la toma, así que los 152 pasajeros que llevábamos a bordo realmente no se enteraron de lo sucedido.
Por el camino quedaban José Antonio con el DC9 y Pedro con el B777. A los dos les había jugado una mala pasada la informática.
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